La muerte es un tránsito, un proceso de transformación en el que nuestra energía, nuestra alma, deja el cuerpo físico para continuar su viaje en otra dimensión.
Cuando comunicamos con personas fallecidas, conectamos con la esencia de su energía que habitó en esta vida, pero también con su energía que ha trascendido el plano terrenal. Al llenarse de Luz, adquieren una perspectiva más amplia y una consciencia libre del ego, los patrones y las heridas de su vida pasada. Desde ese estado, pueden expresar con claridad sus emociones, decisiones y experiencias, ofreciendo mensajes llenos de amor y comprensión.
Muchas veces, esta comunicación no solo trae sanación para sus seres queridos, quienes pueden obtener respuestas a preguntas profundas sobre la vida de la persona que partió, sino que también es un proceso de liberación para el propio fallecido. A través de este contacto, su energía puede sanar aspectos que no pudo resolver en su vida física, permitiéndole trascender con mayor paz y claridad.
Cuando no estamos preparados para la muerte, puede que nos cueste liberar nuestra energía del cuerpo físico y de los espacios que hemos habitado. Esto puede ser por múltiples razones: una muerte inesperada, la no aceptación de que este ciclo ha terminado, el sentir que tenemos algo pendiente con personas o situaciones de nuestra vida, o quedar en cierto modo enganchados a las emociones de otras personas en esta dimensión.
Cómo podemos ayudar a trascender
🕯 Con un sencillo ritual, podemos ayudar a las almas a que trasciendan, solo con la ayuda de una vela. De ahí surge la tradición de encender velas en los velatorios, un acto que simboliza la luz guiando el camino del alma hacia su próxima dimensión. Sin embargo, no siempre se realiza de manera armónica, ya que, al encender una vela, estamos abriendo un portal energético. Por eso, la intención con la que lo hacemos es fundamental, pues marcará la diferencia entre un acto de amor y guía, o simplemente una acción sin dirección consciente.
✨ Para realizar este ritual de luz y acompañar el tránsito de un alma, sigue estos pasos con amor y respeto:
- Enciende una vela blanca: Usa una cerilla para prenderla, asegurándote de que sea solo una vela por cada persona fallecida a la que desees ayudar.
- Coloca tu intención: Mientras la enciendes, di en voz alta o en tu interior:
«La luz de esta vela ilumina el camino de tránsito de… (nombre de la persona).» - Déjala consumir por completo: No la apagues ni la vuelvas a encender. Permite que la vela se consuma hasta el final.
Es importante que tengas en cuenta que no importa el tamaño de la vela; lo esencial es la intención con la que se enciende. La persona que realice el ritual debe haber tenido un vínculo estrecho de amor con la persona que falleció. Y si no es un familiar directo, es importante contar con la autorización de su familia.
✨ Este canal de luz que se abre no solo ayuda a la persona fallecida a elevar su energía y seguir su camino, sino que también libera los enganches energéticos que puedan estar reteniéndola en este plano.
La pérdida de un ser querido puede traer consigo un profundo dolor, y necesitamos pasar el proceso de duelo tanto a nivel emocional como energético. Por eso es importante permitirte sentir, transitar este proceso con amor y darte el espacio a tus emociones y atender tus necesidades, ya que un duelo bien gestionado, te permite continuar con un vínculo sano aún después de la muerte física.
La conexión sigue presente
En cada comunicación que realizamos con personas fallecidas, notamos cómo sus seres queridos buscan la certeza de que están bien y transmitirles todo aquello que no pudieron expresar, siendo una instancia de mucha sanación, porque tomamos consciencia de que la muerte es solo una transformación de la energía, teniendo el regalo de poder recibir sus mensajes o simplemente conectar con su presencia de una manera amorosa a través de nuestras sesiones.
Si necesitas guía en este proceso, podemos acompañarte en una sesión de comunicación con seres fallecidos.
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